sábado, 26 de octubre de 2019

Como domar un caballo



Por lo general, la lealtad de un caballo depende en gran medida del tipo de entrenamiento o doma que recibe. Es mucho más agradable domar a un caballo para que siga a su líder por respeto que por miedo. Lee los siguientes consejos para que formes un vínculo de confianza sólido con tu caballo a medida que lo domas.


1. Gánate la confianza de tu caballo. Es imprescindible que formes una relación personal con tu caballo para que te ganes su confianza y puedas entrenarlo en el futuro. Pasa tiempo con tu caballo todos los días. Empieza estando cerca de él y acicalado para que se conecten y formen un vínculo. Trabaja alrededor de tu caballo en el pasto. Dale tiempo para que se familiarice más contigo. Conversa con él y conviértete en un líder tranquilo y sensato.
  • Los caballos son animales de presa, por lo que siempre están alerta. Están al tanto de todos los cambios y se asustarán por cualquier movimiento repentino.[1]
  • Si tienes un potro o un caballo demasiado menor de cuatro o cinco años, no te preocupes por montarlo y enfócate en desarrollar confianza por medio de un liderazgo y acicalado.
  • Debes invertir una cantidad significativa de tiempo en ganarte la confianza del caballo antes de comenzar a entrenarlo.
  • Hazlo incluso si el caballo ya está entrenado, pero acaba de conocerte.


2. Practica de forma segura cerca de tu caballo. Los caballos son animales muy fuertes, por eso pueden causar mucho daño. A medida que entrenes a tu caballo, debes velar por tu seguridad. Conoce el campo de visión de estos animales y luego párate en un punto en el que tu caballo pueda verte la mayor parte del tiempo. Los    caballos no pueden ver directamente adelante o detrás de ellos. Si vas a acercarte por delante, la derecha o detrás de él, mantén una mano sobre él de modo que pueda sentirte.
  • El punto ideal sobre el que puedes permanecer parado es al lado izquierdo del caballo, hacia su cabeza, donde pueda verte y oírte fácilmente.
  • Háblale a tu caballo cuando te encuentres fuera de su vista. De esta manera, le ayudarás a saber dónde te encuentras.
  • No camines por los puntos ciego del caballo. Primero enfócate en desarrollar confianza.
  • Solo arrodíllate o ponte en cuclillas si estás seguro de que el caballo está acostumbrado a la tarea que vas a realizar.

3. Trabaja solo en un paso para luego pasar al siguiente. Domar a un caballo es un proceso lento. Tienes que lograr que cada paso se vuelva plenamente un hábito antes de pasar al siguiente. Cuando entrenes a un caballo, cada concepto nuevo que introduzcas debe afianzar lo que acabes de enseñarle. Recuerda que debes hacer que tu caballo siempre reaccione correctamente con la finalidad de que responda con confianza.[3]
  • Nunca te rindas. Algunos pasos pueden ser más sencillos que otros para el caballo. Domarlo constituye un gran compromiso.
  • Trata de terminar cada lección con éxito. Incluso si solo progresas un poco (por ejemplo, si logras acercarle el cabestro a la cara).


4. No te enojes con el caballo. Nunca debes gritarle, golpearle, lanzarle cosas ni actuar de forma agresiva. Esto podría asustarlo y destruir toda la confianza que has ganado hasta ahora. Siempre háblale de manera tranquila y con calma.[4]
  • Quizás tengas que darle a tu caballo un refuerzo firme de las tareas si has perdido un poco de control. Realiza ejercicios para 
  • Si te desobedece, corrígelo de manera tranquila sin mostrar agresión. No hay problema si lo golpeas ligeramente en el hombro o las nalgas con una cuerda con la finalidad de corregir la falta de respeto. No obstante, las “fallas” solo son una señal de que no has preparado realmente a tu caballo para la tarea.[5]hacerlo retroceder y así reafirmar tu dominio sin emplear medios violentos.
5. Entrena al caballo desde el suelo. Antes de intentar montarlo, es importante que ganes su confianza entrenándolo desde el suelo. Coloca un ramal al cabestro del caballo.

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